domingo, 6 de noviembre de 2011

Tonucci


Franceso Tonucci nació en Fano, Italia, en 1941. Se diplomó como profesor en 1958 y, en 1963, se graduó en Pedagogía, en la Universidad Católicade Milan. A los 28 años recibió su primera distinción en ese campo y comenzó a satirizar la realidad de la escuela a través del seudónimo "Frato". 
Trabajó como maestro de escuela primaria y, en 1966, se convirtió en investigador en el Instituto Psicológico del Consejo Nacional de Investigación, del que -en 1982- presidió el Departamento de Psicopedagogía, que lleva adelante el programa de educación ambiental, cuyo objetivo es crear una base de datos para y por los niños.

El interés de sus investigaciones se centra en el desarrollo cognitivo de los chicos, el pensamiento infantil y su comportamiento y la relación entre la congnición de los niños y la metodología educacional.
En 1991 desarrolló en su pueblo natal el proyecto de Ciudad de los Niños, considerado una nueva forma de concebir la ciudad, con los niños como punto de referencia. El proyecto fue más que exitoso, extendiéndose a diversos puntos del mundo.

En 1997 fue nombrado presidente del "Comité Italiano de Televisión y Menores", dedicado a la protección de los niños.

Entre sus obras, se destacan: "Por una escuela alternativa", "Con ojos de niño", "Niño se nace", "Cómo ser niño", "La Ciudad de los Niños", "¿Enseñar o aprender?" y "Con ojos de maestro", entre otros.

La escuela ideal para nuestros niños

Integracion de personas con discapacidad

Por que educar socialmente en la escuela

Por que educar socialmente en la escuela



En la escuela actual, pensada como una institución para reproducir padrones
culturales, económicos, políticos y sociales de las clases hegemónicas, a través 
de la reproducción ideológica y de la preparación de la población trabajadora 
para el capital, también están representados los intereses de las clases sociales
 menos favorecidas. Para estas, la escuela puede ser un instrumento de lucha 
contra la dominación cultural, exactamente para socializar el código dominante
de la cultura y posibilitar el acceso al conocimiento de los valores sociales,
 estéticos y de lenguaje de las clases superiores. De esta manera el conocimiento 
contribuye al desarrollo de una conciencia histórico-político, apuntando a las 
posibilidades reales de cambio y de transformación. Pero el problema está en 
que si la escuela en contextos de pobreza contiene y controla y llena formularios
 como actividades centrales, estos alumnos, niños y adolescentes, ven limitados 
su espacio para construir conocimiento.
Según Da Silva, en Escuela, conocimiento y curriculo, “la escuela socializa mediante
 la enseñanza de conocimientos legitimados públicamente. Que la socialización sea
 mediante la enseñanza quiere decir que la escuela recrea continuamente
 conocimientos producidos en otros contextos sociales y para que los produzcan 
otros sujetos sociales distintos del maestro. La escuela no inventa el conocimiento,
 ni monopoliza su circulación. Lo que si hace es enseñarlo, intencionalmente, 
sistemáticamente, públicamente. Que la enseñanza sea de conocimientos legítimos
 públicamente quiere decir que la escuela enseña a todos, sin restricciones ni 
exclusiones, de todo, sin censuras ni exclusiones, para todos, en un clima 
democrático y pluralista”.
También podemos citar a Paulo Freire quien dice “que es función de la 
educación colaborar con la preparación de una nueva sociedad, a través de la
 construcción  de la ciudadanía que nos vuelve cada vez más humanos.
 La educación, concebida de este modo, es un proceso constante de liberación”. 
Por todo esto es necesario 
que los docentes sean aliados de los alumnos y no sus adversarios, compañeros
 unos a los otros y no enemigos, por lo que sucede cuando un docente instaura en
 la clase una relación donde el es el que sabe, y por lo tanto tiene derecho a hablar
 y ejercer el poder, mientras a los alumnos, que no saben, les queda apenas quedarse
 en silencio y obedecer. Igualmente y con la misma fuerza, ocurre cuando entre
los especialistas, los directores y los profesores no existe una relación de cooperación
sino de competencia y de lucha para la sumisión del trabajo del otro.
Aquí planteamos la funcionalidad de la educación con el sistema social o, lo que es igual: educación y sociedad, educación y sistema económico: ¿interdependencia o
 subordinación?
La educación es una formidable herramienta cultural, es decir, creada por el hombre
 y destinada a su crecimiento integral. El fin de la educación es rescatar todas las
 potencialidades que el hombre puede desarrollar dentro de su entorno, en sociedad.
 Según Naciones Unidas, “el desarrollo social es inseparable del entorno cultural,
 ecológico, económico, político y espiritual en que tiene lugar. Pero el desarrollo 
social está claramente vinculado con el logro de la paz, la libertad, la estabilidad y
 la seguridad a nivel nacional e internacional. Para promover el desarrollo social 
es preciso orientar los valores, los objetivos y las prioridades hacia el bienestar de
 todas las personas y el fortalecimiento y la promoción de las instituciones y las
 políticas que persiguen ese objetivo.”
De esta manera queda claro que el sistema educativo no puede depender de un solo
 sector de la sociedad, el de la clase económicamente dominante, ni debe apuntar
 únicamente a un vinculo del cual dependa o con el cual mantenga su único cordón
 social. Si en realidad se requiere que la educación tenga por finalidad el promover
 a la persona y la sociedad en un desarrollo social sostenido, la acción debe ser
 compartida y dirigirse a un todo integral, con fuerzas suficientes para generar un
 proceso que desde su interior sea nuevo factor de cambios sociales.

El docente del siglo XXI

El docente del siglo XXI

El sistema educativo argentino tiene una identidad común, con un alto grado de pertenencia por parte de sus miembros y una relativa vida autónoma debido a ciertas características particulares en lo que hace a su estructura organizativa como a su “modus vivendi” a saber:
- Tiene jerarquías de conducción y niveles de responsabilidad, claramente estratificados y diferenciados;
- Sociológicamente hablando, contiene una población cautiva, es decir, que los alumnos permanecen durante el ciclo lectivo dentro del sistema con migraciones escasas que suelen darse de un año para otro.
- Sus actores principales, docentes y alumnos, conviven buena parte de su tiempo diario en un ámbito común, la escuela;
- La conducción política puede cambiar de un día para otro, pero lo esencial, su cuerpo docente, tiene permanencia; los docentes se sienten pertenecientes al mundo educativo, y con frecuente apego a la institución madre, la escuela;
- Generalmente comparten pautas culturales, un lenguaje común y hasta una jerga propia.
Ahora aquí quiero resaltar el motor central del sistema educativo, me refiero al docente. En la historia del sistema educativo argentino, el docente ha transitado por diferentes lugares y posiciones hasta que se sanciona el Estatuto del Docente, marco legal que regula esta actividad. Pero no debemos olvidar que el docente opera sobre recursos humanos, es decir el producto final reside en las personas con las que opera. De tal manera que la capacitación del docente debe ser constante y adaptarse a las demandas y necesidades del medio social en el que esta inserto, además debe responder a las políticas educativas de los gobiernos de turno. De aquí se desprende la multiresponsabildad de los docentes en su ámbito de trabajo. Por eso es importante el desarrollo profesional de los educadores. Para ello hay que reconocer que el aprendizaje de la enseñanza es una actividad profesional vitalicia, y no algo que se contempla con un programa de capacitación docente, que sin dejar de ser necesarios, no es exclusivo. Estos programas son una iniciación a la enseñanza, no una culminación. Además es preciso reconocer que para mejorar el complejo y sutil arte de la enseñanza, se necesita una realimentación constructiva sobre el trabajo que uno hace y que existe en cada escuela la norma profesional de mejorar la enseñanza como parte del significado de ser docente en esa escuela, pero también que haya una estructura organizativa que posibilite reflexionar, junto a sus colegas, sobre el propio desempeño docente. Este punto suele ser conflictivo para los docente ya que no nos distanciamos lo suficiente de nosotros mismos para captar realmente lo que hacemos cuando trabajamos con alumnos o tratamos con otras personas. Pienso que debemos crear en las escuelas un clima profesional que permita a los docentes aprender a ver y criticar la enseñanza.
Pero no quiero dejar de destacar la importancia de la profesionalidad docente, ya que sin una mayor profesionalidad docente es imposible elevar la eficiencia del sistema educativo. El proceso de enseñanza-aprendizaje de conocimientos actualizados y socialmente útiles exige de saberes y destrezas que solo puede poseer un profesional. Cada alumno, clase, situación diferente requiere de la aplicación, creación y recreación de saberes pedagógicos y didácticos por parte del docente. No se trata de un trabajo especializado, se trata de un saber profesional.
Pero no se puede por un lado exigir y evaluar al docente como un profesional y por el otro formarlo, reglamentar su trabajo y retribuirle salarialmente como un trabajador especializado. Las políticas salariales tienen que atender a resolver este desfasaje hacia el lado de la profesionalización integral. Por ello una estrategia es privilegiar los criterios de capacitación, responsabilidad, eficiencia y rendimiento en la construcción de la carrera docente y también redefinir el alcance de la labor profesional de un docente: diversificar las responsabilidades que puede tener durante el transcurso de su carrera, darle oportunidad de prestar distintos servicios y procurar realizar dentro de la escuela una perspectiva de la profesión docente que eleve la calidad de la educación para los alumnos. Esto implicaría, por ejemplo, que los docentes experimentado actúen como tutores de docentes principiantes, que trabajen en proyectos de desarrollo curricular con algunos colegas y que funcionen como nexos entre la escuela y otras entidades de la comunidad realizando cambio de actividad sin la pérdida de su salario. Esto significa otorgar a los docentes el tiempo necesario para que trabajen juntos en planear proyectos de evaluación y estén en contacto con familias de alumnos de la escuela que requieran ayuda. Opino que debemos replantear el significado de ser docente, para que sea mucho más que trabajar solo en un aula durante un turno de clases.
Fuentes: Elliot W. Eisner, La escuela que necesitamos. Ed. Amorrortu; Osvaldo Devries, ¿ Es posible mejorar la educación?. Ed. Troquel

La convivencia escolar

LA CONVIVENCIA ESCOLAR


Los individuos y las instituciones, en general, se debaten en la tarea de construir los perfiles de una nueva sociedad, atravesada por profundas crisis de identidad cultural, colectiva e individual y por nuevos sentidos de manifestar la violencia, la discriminación, la exclusión.
En el escenario cotidiano de la escuela media se reflejan y reproducen los malestares de la vida social; producto de ello es el significativo incremento en las múltiples expresiones de violencia en los ámbitos de enseñanza.
El propósito de abordar la temática de la convivencia en la escuela es el de brindar elementos conceptuales y metodológicos para comprender la violencia desde un enfoque preventivo, explorar sus causas y efectos, dentro y fuera de la institución escolar y desde allí pensar en estrategias para atenuarla. Para ello, la reformulación de contenidos y competencias a partir de la diversidad, los principios de equidad, solidaridad, respeto a la vida, a los derechos humanos, a las prácticas de convivencia ciudadana y resolución no violenta de conflictos, se presentan como conocimientos posibles y necesarios de ser aprendidos por un sujeto adolescente que transita el nuevo milenio.
Gestionar y/o construir la convivencia escolar reclama la participación de todos los actores institucionales. 
El proyecto de convivencia es un proyecto específico transversal porque atraviesa el plano institucional, curricular y comunitario; esto lo convierte, operativamente, en un proyecto complejo y multifacético que necesita de fluidas redes de comunicación entre todos los sectores mediante una coordinada integración de las diversas propuestas y/o proyectos.
De esta manera y siguiendo una mirada sobre el perfil del director de una institución educativa de nivel medio posicionado desde una dimensión cultural, a quien se le demanda una oferta educativa, que en parte, contrarreste los efectos discriminatorios de origen social de muchos de sus alumnos, promoviendo una cultura democrática de integración de todos a la vida de la institución educativa que dirige, tanto en el acceso y apropiación de conocimientos, como a los proceso de socialización, es muy importante que se fortalezca el dialogo y establezca lazos con los demás espacios no escolarizados que conforman la comunidad, sobre todo las familias, estimulando intercambios y reconocimientos mutuos de los saberes y de las practicas que se producen en uno y otro ámbito. 
Así el proyecto de convivencia escolar cobra sentido, no solo en el interior de la institución, sino hacia fuera con las familias y la comunidad.
Un concepto de convivencia y sus implicancias
La convivencia escolar resulta más convincente para explicar los modos de convivencia posibles en el seno de las instituciones educativas.
La convivencia, entendida como vivir con otros, es la primera e inexorable condición que la vida le impone al ser humano. Esta relación que se hace cotidiana, es esencial a la formación de vínculos afectivos y a los lazos culturales (construcción colectiva en un terreno complejo, donde el sujeto interactúa con los demás y a su vez conservar el espacio y su identidad personal).
La convivencia atraviesa la escuela en todas sus dimensiones e incluye a la suma de sus integrantes, por lo tanto debe estar considerada fehacientemente en el PEI y formalizada en un proyecto de convivencia, como marco de referencia que guíe la resolución de problemáticas en la vida institucional.
Es importante en la escuela promover climas institucionales favorables, con soportes normativos claros y explícitos.
En 1993 la UNESCO conforma una comisión internacional. Esta comisión precedida por Jacques Delors, denomino que la convivencia debe estar construida sobre cuatro pilares.:
APRENDER A CONOCER: promover el acceso permanente a nuevos contenidos debido a los rápidos cambios sociales producidos (científicos, económicos y sociales).
APRENDER A HACER: adquirir competencias que posibiliten, hacer frente a nuevas situaciones laborales, propiciando el trabajo en equipo.
APRENDER A SER : el proceso de las sociedades depende de la creatividad y la capacidad de innovación de cada individuo o grupo.
APRENDER A CONVIVIR : conocimiento de las sociedades (historia, costumbres, tradiciones, espiritualidad, etc) cada vez mas multiculturales y competitivas.
Los cuatro aprendizajes son igualmente significativos. Haremos referencia al último mencionado, ya que aprender a convivir con nuestros semejantes es difícil y alude a todos los sectores sociales. La institución educativa conforma espacios complejos en las cuales las personas, especialmente los niños, pasan buena parte de sus vidas, deben afrontar la convivencia con los demás miembros de la escuela, con la comunidad educativa que forman parte. La convivencia es uno de los aprendizajes, tan primario como imprescindible, en ese nuevo espacio social.

Los caminos de la vida del ser docente

Los caminos de la vida del ser docente


Quienes venimos trabajando desde hace varios años en la construcción de una explicación lógica sobre la labor docente sabemos que se pone en escenas problemas teóricos y políticos que atraviesan dicha tarea. Pero, no solo, es en el aula donde se juegan los conceptos y las experiencias que han ido construyendo el conocimiento pedagógico que el docente despliega en cada estrategia didáctica que planifica o realiza. También en otras funciones que le toca desarrollar, como en el ámbito de la gestión directiva, la administración, la preceptoria, la inspección y los cargos de conducción de organismos ministeriales educativos, alli tambien se ponen en juego estilos e impronta que determinan claramente al sujeto y su toma de decisiones. Aquí aparece en juego lo que Daniel Prieto Castillo llama diversidad comunicacional. Estas son las expresiones de la vida y la cultura, en las relaciones cotidianas en el quehacer propio de cada sociedad: la educación, el arte, el esparcimiento, los espacios, los objetos, el vestido, la alimentación; en la cultura mediática, en los rituales, religiones, grupos etarios, en la cultura “culta” y la cultura popular. La diversidad comunicacional abarca desde las expresiones de cada individuo hasta las de la totalidad de una sociedad. En este sentido ¿qué rol o espacio ocupamos los profesionales de la educación?.
El enseñar y aprender son modos de intervenir en lo mas singular e intimo de cada sujeto. Por eso, al referirnos al acto educativo y su relación con el acto comunicacional, no es un problema de técnicas o de estrategias solamente. Necesita de ambas pero no se agota en ellas, puesto que recuperar lo placentero y reparador del acto educativo implica reconocer antes que nada que no se trata de formulas ni de procedimientos metodológicos. Las didácticas implican opciones técnicas que el docente puede hacer, pero siempre entendiendo que respondan a criterios pedagógicos que el docente debe atender y, sobre todo, que hay una posición ética que se debe reconocer como indispensable a la hora de enseñar y comunicar algo a alguien.
Liliana Sanjurjo plantea utilizar la metáfora como recurso didáctico para lograr trasmitir algo de manera comprensible y reflexiva. Esta estrategia supera los escenarios escolares y trasmiten conceptos y mensajes mas profundos comprometiendo al docente y al estudiante desde una posición individual a una posición social. De tal manera que la idea de “abrir puertas” que plantea el docente desde esta mirada, es una invitación para fomentar el conocimiento, la comprensión, el espacio publico, es decir esta relación de alteridad (con lo otro y con el otro), la socialización y la historia y la cultura. Para esto el docente utiliza “llaves” que son teorías, practicas y técnicas que forman los saberes básicos para la practica docente. Para finalizar debemos hacer hincapié en el conocimiento del contexto, donde emergen elementos propios y particulares que están atravesados por factores filosóficos, sociológicos y políticos característicos que hacen de esa población única. De tal manera los caminos del docente son inciertos pero no intransitables, ya que contando con las herramientas necesarias: compromiso, vocación, responsabilidad y ética profesional, los docentes son capaces de enfrentar las adversidades profesionales que les platea el escenario socio político actual. Lo importante es reflexionar “¿donde estoy parado?” y dentro de la institución “¿dónde estamos?, ¿Quiénes somos?, ¿qué queremos?”; nuestros alumnos “¿quienes son y de donde provienen?” y aquí aparece el concepto de diversidad y la pregunta de todos ¿cómo enseñar en contextos cada vez mas complejos?. Pero no debemos olvidar que la escuela es un espacio privilegiado de socializacion y desde donde debe restituirse la categoría del trabajo, el esfuerzo, la honestidad y la ética para construir una identidad social que de sentido efectivo a la utopía del docente de una sociedad mas justa y equitativa.

La escuela de la modernidad vs. la escuela de hoy

La escuela de la modernidad vs. la escuela de hoy


Las instituciones educativas están atravesadas por relaciones interpersonales que complejizan ampliamente la tarea educativa, tarea que por si sola es altamente compleja y dinámica. La eficacia historica de la escuela se debe a su capacidad de hacerse cargo de la definición moderna de educación. La modernidad ancló en la escuela y la escuela se encargo de la modernización, ya que la modernidad construyó una forma específica de referirse al hecho educativo, y la escuela logro apropiarse de ella. Lo cierto es que estas características escolares de la modernidad fueron adoptadas por la escuela dando lugar a prácticas complejas y efectivas de construcción de subjetividades. Mediante ellas los sujetos adquirían una especial forma de ser, de comprender y enfrentar al mundo: de actuar.
Creemos reconocer que dichas características han perdido eficacia en la actualidad y que esto contribuyo a la crisis de la escuela. La escuela fue uno de los actos de mayor imaginación que enfrento la modernidad. En el siglo XVI pensar con una institución donde concurrieran todos los infantes a aprender ciertos saberes complejos, con sujetos preparados para tal fin, desafió todo lo preestablecido y amplio enormemente la fronteras de la época.
De esta manera podemos pensar en la actualidad lograr un acto tan imaginativo como fue la creación de la escuela en la modernidad. Creemos que debemos estar trabajando en la creación de nuevas formas de comprender la educación para una sociedad tan cambiante como la de nuestros días.
Los límites que podemos destacar tienen que ver con concepciones y características de los sujetos y sociedades actuales.
Cuando hablamos de infancia como sujeto que aprende, hoy se ve el fin del concepto de infancia moderna. Surgiendo dos grandes polos; uno es el polo de la infancia hiperrealizada, la infancia de la realidad virtual; el otro es la infancia desrrealizada, infancia de la realidad real. 
Hoy la escuela no es palanca de transformación sino un mecanismo de reproducción del orden de injusticia actual y no es el medio para obtener buenos ciudadanos, es un instrumento al servicio de los grupos dominantes.
Cambio el sentido de la alianza entre familia, escuela y sociedad. Porque ya no es la cultura escolar la que predomina en un conflicto, sino que el conflicto se dirime en el aquí y ahora; y no es seguro que el conflicto se resuelva a favor de la cultura escolar. El docente tiene que salir todos días a ganar su legitimidad.
Ahora bien, con este panorama desolador, solo queda fortalecer la escuela desde las relaciones personales e interpersonales entre los actores de una comunidad educativa. Lo cierto es que cada uno trae consigo un bagaje de actitudes que lo posicionan frente a sus semejantes como diferentes y únicos. Cuando hablamos de semejantes nos referimos a estudiantes, docentes y padres. Todos con sus propios intereses genuinos que entran en conflicto. Según Silvia Serra “Dispersar. Diseminar. Proliferar. Multiplicar. Descentrar. Desestructurar. Deconstruir. El significado. El sentido. El texto. La subjetividad. El saber. La cultura. La trasmisión. El diálogo. La comunicación. El currículum. La pedagogía.”, son términos que plantean un análisis sobre la situación social, política, cultural y educativa, pensándolos como un síntoma de nuestros límites sobre todo, como lo plantea Gabriela Diker, en aquellos conceptos donde el prefijo “des” indica que algo se ha perdido o más bien que algo se ha roto.
Si pensamos que la infancia era el sujeto de aprendizaje por excelencia, hoy podemos constatar que no hay una sola infancia, por eso no puede haber una sola Educación o una Educación homogénea al menos.
La compleja realidad social nos lleva a identificar una pluralidad de experiencias de niños y jóvenes durante su tránsito por esta etapa. En muchos casos, experiencias totalmente opuestas. Las diferentes experiencias hacen que el valor simbólico de la cultura no sea el mismo para los diferentes grupos sociales; esto pone de manifiesto los límites de la Educación, es lo que nos lleva a preguntarnos a diario sobre los modos de habitar el mundo, los códigos de comunicación, cada vez más abismales en el lenguaje y en los juegos. Este desconcierto, desorientación coloca a los niños y jóvenes en un estado de vulnerabilidad; lo que se les enseña no es lo que viven en su realidad social, cultural, regional, condición social, de identidad.
Quisiéramos rescatar la necesidad de un cambio en las concepciones actuales de cómo abordar la escuela. Estamos convencidos de que uno de los pilares de la transformación es revisar y reformular la formación docente. Partiendo de que existe un nuevo escenario social y que este influye directamente en el ámbito escolar. Otro de los pilares es la revisión de los espacios institucionales (dando especial importancia a la relación disciplina, sujeto de aprendizaje y contexto) , para entender y adecuarse a las demandas de las generaciones actuales, (padres, niños, jóvenes). 
Por otro lado la perdida de credibilidad de la institución escuela, hace que la tarea se dificulte mas aun: compitiendo con otros escenarios de acceso al conocimiento; desvalorizando el rol docente. La escuela tiene que refundarse. Hasta ahora no ha surgido otra idea, otra estructura que pueda llevar adelante el objetivo de la educación como lo ha ahecho la escuela. 
En la educación de los futuros docentes tiene un papel fundamental en la desestructuracion de las formas de pensamiento que no permiten ver un horizonte posible.

¿Cómo trabajamos en las clases donde se propone un trabajo grupal?

  •  Se determina el objetivo o la tarea a realizar por el grupo.
  • Los alumnos se organizan: distribuyen funciones o  roles a cada integrante valorando aquello que cada uno puede hacer mejor o se dispone a realizar con gran interés. Algunos alumnos tienen más aptitudes para el dibujo, otros  para la comprensión lectora, algunos se destacan en la prolijidad y caligrafía. Todo se tiene en cuenta para que las partes formen un todo, manteniendo la responsabilidad individual.
  • Los alumnos ponen en común lo realizado por cada uno, analizan, discuten, reflexionan y vuelven a reorganizar el trabajo para la etapa final. 
  • Luego de la presentación del trabajo se realiza una autoevaluación grupal e individual, analizando los  aspectos positivos y aquellos a mejorar por el grupo o de forma individual.
Como seres sociales es de gran importancia que los alumnos aprendan a
trabajar en grupo. En estos trabajos se ponen en juego las normas de
convivencia, la tolerancia, la importancia de la palabra y la escucha, la
comprensión, la autoestima, la confianza, la responsabilidad, el
compromiso, el interés, algunos de los tantos valores que forman parte de
la vida diaria, además de la diversión que implica estar entre compañeros/
amigos realizando una tarea en común.
 
 
 
 

El trabajo en grupo en el aula


El trabajo en grupo es una estrategia de enseñanza  muy recomendada
para mejorar el rendimiento académico, cognitivo, social y actitudinal de
los estudiantes. 
Los estudiantes que trabajan en grupo adquieren mejores habilidades
sociales; en situaciones de diversidad, cada estudiante constituye un
recurso para los demás en el momento de realizar tareas de aprendizaje
intelectualmente difíciles.
Cuando los estudiantes participan de tareas grupales significativas,
plantean cuestiones interesantes y originales, formulan hipótesis o
interpretaciones tentativas, deliberan sobre las ideas y sobre la forma de
realizar una tarea, y aprenden a resolver conflictos de naturaleza
intelectual y social. O sea que construyen una comprensión más profunda
de los conceptos.
Cuando los estudiantes participan activamente en el trabajo grupal
resolviendo tareas intelectualmente atractivas, mientras más conversan,
más intercambian y más trabajan en conjunto, más aprenden. 
Para que el trabajo grupal sea productivo, los alumnos necesitan aprender
habilidades sociales nuevas y diferentes: pedir ayuda y ayudar a quienes
lo piden, respetar y valorar las contribuciones de los demás. Es importante
una buena distribución de roles para que cada cuál sepa qué es necesario
hacer.
Es necesario comprender que los estudiantes necesitan que les enseñen
explícitamente las aptitudes para la colaboración,  la cooperación y la
resolución de conflictos y que también necesitan practicarlas
constantemente antes de internalizarlas y convertirlas en
comportamientos grupales de rutina. 

¿Qué es la Psicología Social?

Psicología social, rama de la psicología que estudia cómo el entorno social influye directa o indirectamente en la conducta y comportamiento de los individuos. Los psicólogos sociales se interesan por el pensamiento, emociones, deseos y juicios de los individuos, así como por su conducta externa.
Los fenómenos psíquicos internos pueden deducirse a partir de ciertas peculiaridades de la conducta y comportamiento externos. La investigación ha demostrado que el individuo es influido por los estímulos sociales al estar o no en presencia de otros y que, en la práctica, todo lo que un individuo experimenta está condicionado (véase Condicionamiento) en mayor o menor grado por sus contactos sociales.